La gestión del talento dentro de una organización no puede
entenderse si no es como parte de una estrategia. Este plan no compete sólo al
departamento de Recursos Humanos de la empresa sino que, para optimizar su eficacia, ha de involucrar a todas las áreas.
Los roles directivos de la compañía son los responsables de
gestionar el cambio que, a través de la cultura de empresa, haga
partícipes a todos los directivos para que su labor de gestión sea impecable.
Los frutos de su éxito se obtendrán a la hora de conseguir que los
profesionales más cualificados deseen seguir colaborando con la misión de
la empresa y que su visión sea la meta de los mejores trabajadores, que ansíen formar parte del equipo.
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